Cuando este artista de Cambridge (UK) se dio cuenta de la cantidad de basura que la gente tiraba al suelo de Londres se le ocurrió una idea, ¿por qué no convertir esa basura en arte?. Ben Wilson, procedente de una familia de artistas, se fijó especialmente en esos chicles pegados en las aceras que la gente deja caer sin consideración alguna por la limpieza de las calles.
Ben convierte sucias y grises gomas aplastadas en pequeñas obras de arte distribuidas por todo Londres, en un principio tuvo algunos problemas con la policía local, pero claro, no hay ninguna ley que prohiba pintar la basura de la calle, por lo tanto pudo seguir su particular y bella aportación al arte urbano, pequeña en tamaño pero enorme en calidad, tal vez algún día, si te ves paseando por Londres tengas la suerte de encontrarlo tirado en el suelo, rodeado de sus pinturas, dando forma a una nueva mini-obra, o de encontrarte "uno de sus chicles" pegados en cualquier acera de Trafalgar Square, para los que no tengamos esa suerte os dejo algunas de sus pequeñas aportaciones al arte de la calle.
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